Caminar por Madrid mientras se mira el móvil puede ser la más fatídica de las distracciones. Aparte de estar atento a los semáforos e intentar adelantar a los viandantes más lentos -calculando si te da tiempo a hacerlo antes de que se cierren esos fugaces huecos so pena de quedar bloqueado- , como cualquier gran urbe, Madrid no escapa de esas motas marrones que deslucen las aceras: esquivar las cacas de perro es ya deporte olímpico en la capital.
http://www.elmundo.es/madrid/2016/04/25/571df9f5e2704e7d268b4593.html